También en el otro extremo usamos el marco como plantilla. Aquí detectamos que en realidad no nos cabe un ladrillo del 7, a menos que excavemos más, por lo que decidimos usar uno del 4 en ese lateral.
Aprovechamos los huecos que se crean al nivelar los ladrillos para disponer en ellos el tubo, tanto en los ladrillos que protegen el skimmer como los que forman las arquetas.
Usamos la picoleta para partir poco a poco el ladrillo y usar solo el trozo que necesitamos. Otra opción sería cortarlo pero como ya estamos puestos en faena es más rápido cortarlo manualmente. Hay que tener cuidado para que no se rompa completamente por ello partimos primero por los huecos.
Por mucho cuidado que tengamos el corte, por este método será irregular y hay muchas posibilidades de que se rompa algún trozo.
Aunque vaya a quedar enterrado, por costumbre, ponemos el trozo cortado hacia el interior de la obra dejando el borde entero en la esquina, de esa forma podemos compensar las irregularidades rellenándolas con mortero.
Tags Jardin Piscina Reformas post-obra